lunes, 11 de agosto de 2014

La Santa Rufina de Velázquez en la Fundación Focus-Abengoa

Sevilla, Hospital de los Venerables, actual sede de la Fundación Focus-Abengoa (creada en 1972 para salvaguardar el patrimonio histórico de la ciudad). Allí es donde reside desde el verano de 2007 la Santa Rufina de Velázquez, una obra de primera etapa madrileña del maestro cortesano que es toda una delicia.

Santa Rufina, Diego Velázquez (c. 1629-1632), 77 x 64 cm. Fundación Focus-Abengoa, Hospital de los Venerables, Sevilla

Es comprensible que sea el estandarte de la colección de pintura y escultura sevillana barroca que exhibe la fundación, pues es la imagen de la santa la que más nos conmueve de todas las vistas en la ciudad, llena por otra parte, de representaciones de las dos santas mártires.

También desde el punto de vista iconográfico es una obra muy llamativa, pues habiéndose perdido en la actualidad la supuesta representación de la Santa Justa que habría hecho pendant con esta obra, es extraño ver que se le dedique toda la superficie de la representación a una de las dos santas, cuando lo común es que ambas compartan este espacio (en muchas ocasiones hasta con la Giralda en medio o en el fondo), como puede verse sin ir más lejos en la versión que le dedicó Goya en 1817 y que se conserva en la Catedral de Sevilla.

Las Santas Justa y Rufina, Francisco de Goya (1817),  309 x 177 cm. Catedral de Sevilla

Por otra parte, no queremos perder la oportunidad de resaltar otras joyas de la Fundación Focus-Abengoa, que siendo humilde por su cantidad, no lo es sin embargo por su calidad. 

En lo que viene a configurar la colección permanente (llamado Centro Diego Velázquez), podemos ver varias obras de Pacheco nada desdeñables teniendo en cuenta la producción del suegro de Velázquez, una escultura de Martínez Montañés acompañada de un formidable retrato de juventud del escultor, de mano de Francisco Varela, varios Zurbarán de menor calidad de los que podemos encontrar en el Museo de Bellas Artes de la ciudad y una Santa Catalina formidable atribuida a Murillo, donde destaca el fondo tenebrista, tan poco habitual en el arte del pintor sevillano.

Santa Catalina, Bartolomé Esteban Murillo (c. 1650), 82,5 x 62,5 cm. Fundación Focus-Abengoa,
Hospital de los Venerables, Sevilla

No nos podemos olvidar lógicamente de los otros dos Velázquez: La imposición de la casulla a San Ildefonso y una Inmaculada en la que podría haber participado Alonso Cano, así como de las dos vistas de la ciudad que encontramos al inicio de la colección. 

Vista de Sevilla, Anónimo flamenco (c. 1660), 168 x 279 cm. Fundación Focus-Abengoa,
Hospital de los Venerables, Sevilla

Por último, cabe destacar ya en la sacristía de la iglesia del hospital, un apoteósico fresco de Juan de Valdés Leal (quien con su hijo Lucas Valdés pintaron todos los frescos de la iglesia), que representa La invención de la Santa Cruz, trampantojo de la mejor tradición ilusionista barroca que podamos encontrar en la ciudad. 

La invención de la Santa Cruz, Juan de Valdés Leal (c. 1686), Sacristía de la Iglesia de los Venerables,
Hospital de los Venerables, Sevilla

Por lo tanto, si tenéis la oportunidad de viajar a Sevilla próximamente, os recomendamos que no os perdáis esta joya, pues no todos los días se ven juntas obras tan escogidas.