miércoles, 11 de junio de 2014

Marcel Duchamp o La fuente de la discordia

Fotografía de Alfred Stieglitz del Urinario original realizado por Duchamp en 1917

Ready-made, esta es la idea más revolucionaria de cuantas se crearon en el arte de la primera mitad del siglo XX. Con ella Duchamp nos hizo ver que se podía considerar arte cualquier cosa que tuviera integrada una intención artística, aunque el autor no la hubiese manufacturado con sus propias manos. Hoy hablaremos del Urinario, una de las obras maestras del padre del Dadaísmo neoyorquino y del Arte Conceptual, fundadoras de un nuevo camino en la Historia del Arte.

Marcel Duchamp, Edward Steichen (1917), 24,4 x 19,1cm. Philadelphia Museum of Art

Marcel Duchamp, era el tercero de seis hermanos, pero el pequeño de entre los artistas de la familia: el escultor Raymond Duchamp-Villon y el pintor cubista Jacques Villon. Ambos estaban plenamente integrados en las Vanguardias parisinas, especialmente en el Cubismo, por lo tanto no es complicado pensar que siguiese su camino, aunque es lógico que el hecho de estar al lado de dos artistas reconocidos como ellos debía ser complicado de llevar.

The Horse, Raymond Duchamp-Villon, 101,6 x 100,1 x 56,7cm. MoMA, New York

Young girl, Jacques Villon (1912), 146,2 x 114,3cm. Philadelphia Museum of Art

A pesar de que en la primera obra de Duchamp queda la huella de varios movimientos de Vanguardia como el Fauvismo o el Cubismo, y habiéndose integrado en 1911 con sus dos hermanos en el Grupo de Puteaux, donde estaban entre otros Gleizes, Léger, Metzinger, Juan Gris o el escultor Archipenko, su Desnudo bajando la escalera nº 2, que presentó en el Salon des Independants de 1912 en París, tuvo para el joven Duchamp una resolución inesperada, ya que Albert Gleizes; que pasaba por ser el cabecilla de esta segunda generación de Cubistas, recomendó a los hermanos de Duchamp que le "invitaran" a que retirase su obra de la exposición por creerla de mal gusto, por lo que Marcel hizo caso de lo que le dijeron sus hermanos y acto seguido rompió con aquel grupo, empezando a buscar su propio camino.
 
Nude descending a staircase nº2, Marcel Duchamp, 1912, 147 x 89,2cm. Philadelphia Museum of Art

El camino de Duchamp hasta la creación de los ready-made fue complejo, en cierto modo porque estaba trabajando en ideas tan diferentes como la plasmación del movimiento en un plano a través de la fotografía estroboscópica, como se puede apreciar en la obra de la que acabamos de mencionar, o en la búsqueda de la cuarta dimensión, que él entendía que estaba en contraposición al arte tradicional o retiniano. Esta vía abrirá el camino hacia el arte mental o conceptual.

De ahí surgieron proyectos como los diversos experimentos de los Vidrios y finalmente el ready-made, donde encontramos al azar como elemento decisivo en la creación artística y la noción de que no merece la pena crear un objeto de un uso tan poco práctico como una obra de arte.

La confluencia de estas ideas dieron como lugar obras como Bycicle Wheel, donde trabajó con la paradoja del movimiento y lo estático en un mismo objeto, o Bottle Rack, un portabotellas que compró en una tienda del Hôtel de Ville de París en 1913, creyendo haber encontrado un objeto con el que lograría hacer estética la indiferencia visual, por ser un objeto tan común en los hogares franceses de la época.

Bycicle wheel, Anónimo (1951, tercera réplica de la obra desaparecida de Duchamp de 1913), 129,5 x 63,5 x 41,9cm. MoMA, New York

Bottle rack, Anónimo (1963, réplica de la obra desaparecida de Duchamp de 1914), 74,3 x 45,6cm. Norton Simon Museum, Pasadena

Duchamp fue madurando la idea del ready-made, hasta el punto de llegar a estetizar objetos que el público habitual no tenía conocimiento de que existieran, como es el caso del urinario, del que puede decirse que era todo un avance higiénico-tecnológico para 1917, sobre todo si lo vemos desde Europa, no tanto en los Estados Unidos, país cuyo únicos aportes para la civilización Occidental en palabras de Duchamp, habían sido los avances en ingeniería y fontanería.

Fountain, Anónimo (1964, réplica autorizada de la obra desaparecida de Duchamp de 1917), 36 x 48 x 61cm. TATE Modern, London

No es cuestión de ser muy prolijos con la historia del cuarto de baño, pero para contextualizar la cuestión, el servicio adjunto al dormitorio se dio a partir de 1920, lo normal anteriormente era que hubiese un cuarto de baño por planta, por lo que es fácil comprender la perplejidad que debió suscitar la obra entre los propios artistas independientes de Nueva York.

Tan seria fue la broma de Duchamp, que siendo miembro de esta Sociedad de Artistas Independientes, que iban a realizar una exposición en la ciudad en 1917, no se le ocurrió otra cosa que pagar los seis dólares que costaba la inscripción, realizarla a nombre de Richard Mutt (o R. Mutt, que es lo que consta en la firma de la obra) y descontextualizar la posición normal de la obra, sustentándola sobre las abrazaderas que se fijan a la pared y con la cañería de la que proviene el agua mirando hacia el espectador.

Por si fuera poco, el propio Duchamp promovió un artículo realizado junto con Louise Norton y Beatrice Wood llamado "The Richard Mutt Case" y publicado en The Blind Man, revista editada por Henri-Pierre Roché (autor de la novela Jules et Jim), la propia Beatrice Wood y Duchamp, donde se defiende al artista ficticio de las causas que había utilizado el jurado de la muestra para rechazar su obra. De ella habían dicho que era vulgar e inmoral y que se trataba de un plagio de una obra de fontanería, por lo que no tenía cabida bajo ningún concepto como obra de arte.

En ese texto, Duchamp y sus colaboradoras dijeron: "La fuente del Sr. Mutt no es inmoral, qué absurdo, no es más inmoral que una bañera. Es un mobiliario que ustedes ven a diario en los escaparates de las plomerías. Que el Sr. Mutt haya hecho o no haya hecho la fuente con sus manos no tiene importancia. Él la ha ELEGIDO. Ha tomado un objeto común de la vida cotidiana, lo ha ubicado de tal forma que su significado común ha desaparecido. Por medio de un nuevo título y de un nuevo punto de vista , ha creado una nueva idea de ese objeto" (1).

En el fondo, la cuestión latente que no deja de plantearse Duchamp es ¿qué es el arte? Y sobre todo, les estaba dando un aviso a tanto artista que decía ser independiente, pues cuando se le rompieron un poco los esquemas fueron tan tradicionales como aquellos a los que acusaban de ser académicos y caducos.


(1) El artículo citado puede encontrarse en los dos siguientes enlaces:

http://www.toutfait.com/issues/issue_3/Collections/girst/Blindman2/5.html
http://www.toutfait.com/issues/issue_3/Collections/girst/Blindman2/6.html

2 comentarios:

  1. La aparición de toda vanguardia suele venir precedida de provocaciones como ésta.
    Un saludo.

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  2. Buenos días, Cayetano:

    Las Vanguardias Históricas se definen a sí mismas como una lucha contra el arte oficial (justo hasta que ellas mismas se convirtieron en el arte oficial).

    Es normal que para la gente que estaba fuera de sus círculos su obra se viese como una provocación, pero es en Duchamp donde de verdad existe esa intención. Matisse, Manet, Monet, van Gogh o Gauguin eran de lo más cándido en ese sentido.

    Muchas gracias por tu comentario y disculpa el retraso.

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